lunes, 21 de mayo de 2012

LA SABIDURIA DE HABER VIVIDO


Llegando a la edad de mis abuelos,

la vida me enseño que el primer amore jamás se olvida,

que la vida está hecha de decisiones,

que para avanzar, a veces hay que retroceder.



No hay que seguir siempre el mismo camino;

aunque parezca un poco descabellado,

lo mejor de esta vida es aprender del error,

porque sin error no se aprende

y si no aprendes,

es porque jamás lo intentaste.



Vivís sabiendo todo,

pero realmente al final del camino

te das cuenta que no sabes nada.



Sacrificamos nuestra salud

para que cuando estemos cerca del final,

sacrifiquemos vuestro bolsillo

para encontrarle una escapatoria a la inevitable muerte.



¡Vida!

Te estoy pidiendo que me dejes partir

al puerto de los ancianos,

donde abunda el amor, la paz y las anécdotas.



Amar a la vida

es saber decirle adiós a la vida.

Amar a la vida

es saber amar el descanso eterno.